“Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta, se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo incendiado, su espera en hogueras frías, su elemento místico, su fornicación de nombres creciendo solos en la noche pálida)” El árbol de Diana, Alejandra Pizarnik.
En esta exposición la oscuridad y la penumbra emergen como escenarios poderosos para explorar el potencial político y poético de la incertidumbre. Solos en la noche pálida propone paisaje pictórico de introspección y agitación, pero también de fantasía onírica, deseo y psicodelia. Lo confuso, lo borroso, lo incierto se propone como espacio de posibilidad.
La muestra reúne una serie de pinturas y obras sobre papel producidas en los últimos años e incluye piezas de Carlos García-Alix, Blanca Guerrero, Lucía Gutiérrez Vázquez, Leopoldo Mata y Alejandro Villa-Durán. Desde diferentes lenguajes, de lo figurativo a la abstracción, los artistas ahondan en diferentes vivencias y aproximaciones de lo nocturno, proponiendo la noche como algo que va más allá de una franja horaria y que es amiga de otras nociones, como lo ambiguo, lo alterno, lo confuso. El sueño, la psicodelia, lo brillante, la ceguera, el exceso, el refugio. Una dimensión paralela donde aparentemente reina el silencio y donde quizá estamos más vivos. En el sueño desaparecen los límites, emerge el inconsciente, en la oscuridad florece otro mundo.
En su particular enfoque artístico, sumerge la realidad en la penumbra de la noche, creando cuadros que se materializan en tan solo 15 minutos. Sus obras son anotaciones sobre la noche, capturando la esencia de entrar o salir de este misterioso periodo. García-Alix logra plasmar momentos y estados específicos, especialmente en el anochecer, convirtiendo la noche en una materia palpable. Su abordaje es formal y tradicional, arraigado en la observación evidente, destacando la necesidad de ser rápido en su expresión, reflejando la fugacidad de la noche y capturando visualmente la sensación de un cielo azul en plena oscuridad.
Lucía Gutiérrez Vázquez (Madrid, 1992) es una arquitecta y artista multidisciplinar cuyo enfoque pone en diálogo la pintura, el paisaje y la interacción entre el espacio físico y las experiencias sensoriales. Su formación académica incluye un Doctorado en Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid (2019 - actualidad) y una amplia formación complementaria en el ámbito de la comunicación arquitectónica, la pintura y la historia del arte.
A lo largo de su carrera ha participado en exposiciones individuales y colectivas destacadas, entre ellas la Bienal de Arquitectura de Venecia (2018) y el Festival de Fotografía de Coruña (2018), mostrando una amplia versatilidad en disciplinas artísticas como la fotografía, la pintura y la escenografía. Su obra explora temáticas que vinculan el espacio arquitectónico con la percepción humana.
Lucía ha sido reconocida con numerosos premios y becas, como el Primer Premio Certamen Jóvenes Creadores (2021) y la Beca Fundación Antonio Gala (2018-2019), además de recibir varias becas para la formación de profesorado universitario por el Ministerio de Universidades (2020-2024). Su obra ha sido publicada en revistas académicas y libros sobre arquitectura y arte contemporáneo.
Su práctica aborda lo cotidiano a través de una exploración íntima del color y el espacio con la serenidad de quien no pretende asumir la lógica visual, en ocasiones excesiva y ruidosa, de los tiempos modernos. Lucía Gutiérrez acoge en sus lienzos, de pincelada espesa y abocetada, la inmensidad de lo que se desliza por su mirada: una mirada que dignifica con la misma destreza la luz incidiendo sobre un paisaje como la frágil materialidad de un barquito de papel. La pintura funciona aquí como un eslabón sigiloso que sostiene el salto que hay entre la imagen real que las cosas ofrecen y la mirada que las recorre.
(Madrid/Nueva York, 1991) fusiona la fotografía, la pintura y el collage para crear espacios sugerentes, donde la luz en la sombra cobra un protagonismo singular. Su proceso creativo se inicia con una observación consciente, renunciando a sí misma frente a paisajes o momentos significativos. En su obra, busca perpetuar la esencia sensorial de fenómenos efímeros como el deslumbramiento del sol, la oscuridad de la noche y los matices de la penumbra. Guerrero aspira a dar dimensión física a percepciones fugaces, revelando la luz en toda oscuridad. La eliminación selectiva de la luz en su trabajo da forma a la composición, emergiendo figuras, horizontes y luces detrás de montañas mediante un proceso manual y místico. Su enfoque apunta a capturar un estado perpetuo de penumbra, convirtiéndose en testigo y persiguiendo constantemente la esencia efímera de la observación, una fuga constante que evoca el concepto japonés de "yugen".
Leopoldo Mata (Badajoz. 1994) es un artista visual y tatuador licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Tras finalizar su grado pasó varios años en París, donde se desarrolló como artista del tatuaje, lo cual ha considerado un complemento a su práctica pictórica. Su trabajo se caracteriza por una estética transgresora que redefine y rompe con las convenciones de la iconografía y los procesos del tatuaje a través de una mirada plástica y creativa.
De regreso en España, completó el Máster Landa (Laboratorio Anual para Nutrir la Dispersión Artística) en Espositivo, lo que marcó el regreso de su carrera como pintor. En su planteamiento artístico la pintura se mantiene como el eje central de su práctica, pero también es utilizada como plataforma para explorar y expandir su trabajo hacia otras disciplinas. Un ejemplo destacado de su multidisciplinariedad es su colaboración con la firma de moda Boltad, participando en la intervención de tejidos y estampados mediante técnicas de aerografía.
“Si hay un patrón con el que me sienta cómodo para hacer una aproximación a mi trabajo es la yuxtaposición de diferentes lenguajes visuales como consecuencia del abandono de ideas a medio camino de ejecución que a menudo son solapadas con otras ideas/sistemas, evocando a la dispersión y a la no aprehensión de ninguna verdad. Me interesa construir desde el ruido y la interrupción continuada que caracteriza nuestro presente incluyéndola en el proceso pictórico; jugar con conceptos seriamente por un rato para derribarlos más tarde con una sensación generando una miscelánea que habla de mi manera de entender el mundo contemporáneo".
De esta forma, Leopoldo Mata propone una visión del arte como territorio fragmentado, donde el caos y la discontinuidad no son obstáculos, sino motores comunicativos. En lugar de buscar una coherencia o un significado fijo, su trabajo refleja los movimientos y contradicciones de la contemporaneidad, invitando a la reflexión sobre lo efímero y lo inestable. Así, su pintura se convierte en un espacio donde las ideas se mezclan, superponen y disuelven, sugiriendo una mirada crítica hacia los sistemas que intentan ordenar la realidad.
(Jalisco, 1993) es graduado por el Royal College of Art, Londres. Previamente estudió Diseño Textil en Central Saint Martins Londres.
El punto de partida de su obra pictórica y escultórica es la “coreografía intuitiva”, término que condensa una repetición metodológica: salir, desplazarse para volver y luego trazar el recorrido. En general, estos viajes fuera de la ciudad buscan que el cuerpo se convierta en el medio para una presencia atenta en su entorno. La apuesta no es por una interpretación de lo natural, sino por una relación singular que permite al cuerpo generar un diferencial al verse afectado por el encuentro: es decir, por lo imprevisible. La sensación se abre y la percepción responde estableciendo una línea de interpretación, una posición -con vistas a ser compartida- sobre lo experimentado.
Al regresar, comienza la segunda parte del proceso. Pensando en la producción como una especie de tránsito, Alejandro Villa, suele trabajar en series que le permiten explorar lo vivido y lo experimentado, al tiempo que éste se ve afectado por los materiales y las condiciones de cada medio.
En pintura, el límite es la propia paleta de colores, que selecciono antes de empezar. Más que una representación, la pintura es para mí una coreografía que empieza y termina con el cuerpo: la mano traza, pero el cuerpo se mueve sobre el lienzo. Esto emite una temporalidad ligada al trance entre pintura y memoria; la pintura es la presencia frente al cuadro, mientras que la memoria (del viaje que precede a la práctica) es el contrapunto que construye el ritmo de la composición. En ella, la superposición de marcas y manchas es tan relevante como el vacío que sustenta tanto la experiencia como la imagen.
Pradiauto presenta la segunda edición de la línea Host con "La luna se levanta", primera exposición individual de la artista Gádor Salís de Carvajal. Gádor (Madrid, 1990) parte de una formación en diseño gráfico y fotografía que se expande, de forma natural, hacia otros formatos de diferentes materialidades. La fotografía es un elemento fundamental en su práctica, ya que a partir de este medio captura gran parte del contenido que posteriormente moldea y expande.
La luna se levanta es la película que Gádor estaba viendo cuando inmortalizó un jarrón con flores que apareció en pantalla. La mirada de Gádor se queda en una imagen y entonces ella pausa la película, fotografía la televisión e imprime este momento. Este es el proceso que ha seguido en la creación de la serie fotográfica que presentamos por primera vez en esta exposición. Todo su trabajo se mueve lúdicamente entre diferentes disciplinas que incluyen la fotografía, el screenshot, la pintura o la cerámica para perseguir un estado común, que es el tiempo en pausa, con un sujeto constante, que es la naturaleza: su obra vuelve reiteradamente a reencuadrar pétalos, flores, hojas, plantas, jardines.
La serie (Qué te parecen mis rosas, 2023) se muestra junto a otros dos cuerpos de trabajo; un conjunto de jarrones de cerámica y unas pinturas en acrílico sobre lienzo y papel. Salís ha desarrollado una relación íntima con la cerámica y su proceso; dedica largas horas a comunicarse y entender el material, sus respuestas, sus reacciones. Detrás de un formato sencillo como es el jarrón se despliega una cuidada atención por el color, la proporción y el acabado. Por último, las pinturas continuan un ejercicio de observación y transformación de una imagen: a partir de screenshots del móvil - a menudo tomadas de instagram o la televisión - Gádor parcela la imagen en grupos de color, simplificando y sintetizando la referencia original y llevándola a su lado más sensorial y descodificado - el color.
Al dotar a todas estas imágenes digitales de una condición física, Gádor les devuelve, de alguna manera, una materialidad perdida. Las flores habitan ahora una nueva pantalla, eterna, que se puede tocar y mantener en el tiempo con nosotros.
Gádor (Madrid, 1990) parte de una formación en diseño gráfico y fotografía que se expande, de forma natural, hacia otros formatos de diferentes materialidades. La fotografía es un elemento fundamental en su práctica, ya que a partir de este medio captura gran parte del contenido que posteriormente moldea y expande.
“He conseguido convencerles para que se tomen tiempo y miren lo que yo he visto, y cuando se tomaron el tiempo para ver realmente mi flor, atribuyeron sus propias ideas sobre flores a mi flor y escriben sobre mi flor como si yo pensara y viera lo que ellos piensan de esa flor y reconocen en ella, pero ese no es mi caso” G. O’Keeffe
Nos alegra mucho presentar Storytellers, el segundo proyecto en solitario de Gabriel Alonso (Madrid, 1986) en Pradiauto. La exposición presenta una selección de obras que apelan a lo natural y a lo industrial, en su mayoría escultóricas, realizadas durante este último año que ofrece una visión panorámica de las técnicas y motivos ya característicos de su trabajo. En línea con su trabajo anterior, la exposición oscila constantemente entre la destrucción, la decadencia, el rasguño, el caos - y la vida, el nacimiento, el brote. El proyecto rescata a artistas como Georgia O'Keeffe, que en el pasado también trabajaron con flores, para transportarnos a un lugar compartido en la memoria colectiva: el jardín.
Pradiauto celebra su segundo aniversario con una exposición retrospectiva que muestra una selección de las piezas más icónicas que se han expuesto en la galería. La exposición incluye piezas de los artistas Gabriel Alonso, Karolina Dworska, Esther Merinero, Elisa Pardo Puch, Nada Bien (Ramón Duerto Orlando), Alberto Feijoo, Alejandro Villa-Durán y Evelina Hägglund, con las que estamos felices de celebrar un camino recorrido y el que aún queda por trazar.
Tras las exposiciones "Hot Links" (abril 2021) y "La Espera" (mayo 2022), en las que hemos mostrado diferentes trabajos de la artista Elisa Pardo Puch (Madrid, 1988) en la galería, en Arte Santander mostraremos una selección de obras de la artista que incluye dibujos realizados en 2022, 2023, así como una nueva serie en producción.
A partir de las obras mostradas el stand Pradiauto presenta una visión panorámica de su trabajo reciente en diferentes técnicas - patchwork, dibujo y cerámica- .
El título del proyecto responde al interés de Pardo Puch por la capacidad del cuento para acercarnos a la realidad. Las obras presentadas inciden, de diferentes maneras, en la forma en que estas narraciones cristalizan historias y las preservan para el futuro. A su vez, el proyecto atiende a la utilización de ciertos imaginarios relacionados con el bosque y lo fantástico.
Elisa Pardo Puch (Madrid, 1988) es licenciada en Bellas Artes por la UCM en el CES Felipe II de Aranjuez. En 2017, obtuvo un Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual por la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid. En 2010, completó sus Estudios Superiores de Diseño en la Escuela de Arte no 10 de Madrid y, en 2009, fue beneficiaria de una beca Erasmus en la École Duperré de París.
Su obra ha sido expuesta en varias muestras individuales y colectivas, destacando exposiciones como "Metal Heart: lo que pesa" en Departamento, Bilbao; "Bajo el cielo de la noche" en Boiler Room, Luis Adelantado Gallery, Valencia; y "A Strange Fairytale" en Pradiauto, ArteSantander, Santander, entre otras. Además, ha participado en importantes exposiciones colectivas como la presentación del Premio Miquel Casablancas (2023) en Barcelona, "Malas Hierbas" en CasaBanchel, Madrid (2024), y "Garden Shed" en Villa Bergerie, Huesca (2023).
Pardo Puch también ha sido parte de diversas residencias artísticas, incluyendo GlogauAIR en Berlín (2024), Villa Bergerie y la Pollock-Krasner Foundation en Huesca (2023), Artist in Residence Munich (2022) y el Programa de Residencias Artísticas de Matadero en Madrid (2020).
A lo largo de su carrera ha recibido varios reconocimientos, como el Premio Miquel Casablancas (finalista, 2023), el Premio de Adquisición en Nada Sobra de la Universidad Nebrija (2017) y la Mención Especial en Getxoarte, Bilbao (2016).
A partir de experiencias personales, emociones y situaciones cotidianas, la obra de Pardo Puch explora la memoria, el deseo y la repetición. Su práctica se apoya en procesos intuitivos y minuciosos en los que el dibujo y la costura ocupan una posición central. En sus piezas, el contraste entre materiales industriales y técnicas artesanales genera un diálogo que desafía las asociaciones convencionales entre forma, función y valor.
Su trabajo emplea la geometría para estructurar procesos en los que la cuadrícula, la perspectiva calculada y la precisión de las líneas convierten la repetición en un estado casi meditativo. Desde el detenimiento y la acumulación, la artista concibe su práctica como un espacio de canalización, donde el hacer deviene pensamiento y los materiales desechables revelan nuevas posibilidades expresivas.
“Murmullos, huellas, tramas —o subtramas—, reminiscencias de materia inerte.
Subplotters parte de la dificultad para configurar imaginarios alternativos de la realidad, observando aquellas experiencias, comunidades y afectos que permanecen ocultos o invisibles desvelando sus estrategias o procesos.
Si el mundo contemporáneo es una fortaleza inquebrantable, gobernada por discursos y relatos homogéneos y rígidos, las prácticas artísticas presentes en Subplotters buscan cavidades en la piedra o agujeros en su foso donde poder replantear la contemporaneidad. Se tratan de narrativas halladas bajo tierra, sepultadas bajo los cimientos del mundo, secretos que serpentean a través de los cuerpos del presente o leyendas futuras aún por escribir”
Carga
Tras visitar varios desguaces y chatarrerías en los alrededores de Madrid y disponer en Pradiauto los retales y objetos que usarían Evelina Hägglund y Cristina Spinelli durante
su residencia, todo lo que tocábamos nos daba calambre. Esta sensación se prolongó durante unos días. Una carga eléctrica que circulaba por el espacio. Una suerte de presencia, invisible y palpable al mismo tiempo.
Desentierra
Hace casi dos años, Cristina realizó ~fulli~ para la exposición The Tongue Says Loneliness. Un mural realizado con fuego en la pared, cuyas formas revisitaban los que formalizó en un trabajo previo. De esta forma, una suerte de fantasma surgía de la pared, una presencia espectral que ha desenterrado en Subplotters.
Transmuta
A su lado, M2 manifiesta un proceso de revelación y transmutación, ya que la artista capturó los motivos decorativos de un palacio de Madrid en un molde, transformando la piedra en escayola e incorporando sobre su superficie cera, conchas y caramelo. De esta forma, reúne cuatro materiales que deben pasar del estado líquido al sólido para tomar su forma final.
Resucita
Dos fósiles industriales y varillas redondas y corrugadas. Varillas cortadas, dobladas, unidas entre sí con cable y soldadas en sus centros de gravedad: Birth (in the shadow of civilization) y I can’t wait, de Evelina Hägglund, dos formas de aspecto orgánico pero procedentes de los más artificiales de los materiales. Dos criaturas, objetos o esculturas que pueblan el espacio de la exposición como nuevos seres fruto de las manos de la artista.
Susurra
Primer susurro de la primavera y Última gárgara del invierno, de Álvaro Chior, recogen un proceso de saciedad semántica en que el artista multiplica la forma de las letras G y S, modificando su apariencia en cada repetición al mismo tiempo que pierden su significado. Ante el silencio que domina la exposición, las dos esculturas parecen emitir sonidos prácticamente inaudibles, una suerte de ecos o susurros que evocan la sonoridad de los dos signos transformados y repetidos.
Trama
Finalmente, el vídeo Stepping into Machine, de Nina Davies, relata un escenario ficticio donde los sistemas de gobernanza se encuentran controlados casi totalmente por ordenadores. A consecuencia, gran parte de la población pierde su empleo y es desplazada a las ruinas de la civilización occidental. Para llamar la atención de los sistemas informáticos que los gobiernan, se graban moviéndose como si fueran imágenes digitales y subir el baile a TikTok. Al mismo tiempo, los bailarines con los que trabajó Nina durante la grabación de la película también asimilaron estos movimientos a partir de ensayos que realizaron durante semanas, emulando así los gestos glitch o robóticos empleados por los protagonistas al tramar su defensa frente a las máquinas.
(Madrid, 1993) vive y trabaja en Madrid. Sus piezas actúan como reminiscencias, también como apuntes, mediante la conjugación de diversos materiales indaga en el poder representacional de éstos, en la fantasmagoría.
Su trabajo ha podido verse recientemente en Centro de Arte 2 de Mayo, Madrid; Conde Duque, Madrid; Sala de Arte Joven, Madrid; Can Felipa Arts Visuals, Barcelona; Salón, Madrid; ETOPIA Centro de Arte y Tecnología, Zaragoza; Tabacalera Promoción del Arte, Madrid; Injuve, Sala Amadís, Madrid; Archipiélago, Antigua Embajada Británica, Madrid; Las Cigarreras. Cultura Contemporánea, Alicante; Medialab-prado, Madrid.
(A Coruña, 1992) Es un artista que trabaja y reside en Madrid. Su trabajo multidisciplinar combina la escultura, el sonido y lo fílmico, poniendo el foco en el lenguaje, la imagen y sus articulaciones. A través de procesos materiales y poéticos como la repetición, el movimiento circular y las relaciones con los procesos corporales y naturales busca la significación en unidades mínimas.
Su trabajo se ha expuesto en instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), La Casa Encendida (Madrid), Sala de arte joven (Madrid), Sala Amadís Injuve (Madrid), Matadero (Madrid), CC Can Felipa (Barcelona), Fabra i Coats (Barcelona), DA2 Domus Artium 2002 (Salamanca), Las Cigarreras (Alicante), Etopia: Center of Art and Technology (Zaragoza), así como en otros países como EE.UU, México, Italia y Escocia.
(Vancouver, Canadá) es una artista británico-canadiense que explora el tiempo del presente a través de la danza en la cultura popular; cómo se disemina, circula, realiza y consume. Se graduó recientemente en el MFA in Fine Arts de Goldsmiths University of London, donde recibió el Almacantar Studio Award y la Goldsmiths Junior Fellowship. Su trabajo ha sido expuesto recientemente en Transmediale, AdK, Berlin; Seventeen, Londres; Matt’s Gallery, programa Mattflix; Circa x Dazed Class of 2022, Piccadilly Lights, Londres; Limes, Berlín, K-Pop Square, Seúl, Fed Square, Melbourne; Overmorrow House, Battle; y Alchemy Film and Moving Image Festival, Hawick. En 2021 co-fundó junto con la artista Niamh Schmidtke Future Artifacts FM, proyecto que recibió la ayuda Arts Council Project Grant para producir su programación de 2022.
Vive y trabaja en Londres y Estocolmo. Tras completar su grado en la AVA - Academy of Visual Arts in Ljubljana en 2018, realizó un máster en Fine Arts en Goldsmiths, University of London (2019-2021). Su trabajo ha sido expuesto en muestras individuales y colectivas alrededor de Europa, con instituciones y espacios como Incubator (2022), Reino Unido; Cromwell Place (2022), Reino Unido; Nicoletti Contemporary (2022), Reino Unido; Union Pacific (2021); Saatchi Gallery, (2021), Reino Unido; Inter Pblc, Copenaghe, (2021); Jakobsbergs konsthall (2020), Suecia; Temporary Gallery, (2016), Dinamarca; la Biennial of Graphic Arts, The Museum of Modern Art (2016), Eslovenia; e internaciolamente en instituciones como la Green Family Foundation (2022), Estados Unidos; o el Kiribati National Museum, (2019) Tarawa, Kiribati.
Hägglund fue residente en Transborders en Austria/Eslovenia (2019) y Land404 en Suecia (2018). Ha recibido ayudas y premios del Swedish Arts Commitee (2022); Goldsmiths, University of London (Warden’s Award, 2021); Gunvor och Joseph Anérs foundation (2020); Fredrika Bremer förbundets foundation (2020); Sixten Gemzéus foundation (2019); The Royal Swedish Academy of Fine Arts (2019); Anders Sandrews foundation (2019); y Foundation AAA (2018 y 2017). En 2021, Hägglund recibió un encargo público de Plaza Protocol, comisariado por Tjaša Pogačar, Ljubljana, Eslovenia.
Pradiauto se alegra de inaugurar la primera exposición individual de Nada bien; un proyecto artístico de Ramón Duero Orlando (Madrid, 1992), graduado en comunicación audiovisual y tatuador, pintor autodidacta.
La exposición presenta una selección de pinturas y cerámicas creadas en los últimos años. Su peculiar imaginario fantástico -inspirado en cuentos y en historias cotidianas - y su característica línea rota en el dibujo, se encuentran en su pintura con un proceso técnico y matérico inventado, que avanza en capas, como hace la piel. Cada cuadro comienza con un dibujo en el reverso del lienzo, una primera forma que se puede adivinar aunque es inaccesible en su totalidad. La memoria y el olvido entran y salen constantemente en el proceso; cada obra surge de una progresiva superposición de capas en diferentes materiales y escalas, proponiendo en la superficie un juego de narrativas rotas y abiertas.
Nada Bien es el proyecto artístico de Ramón Duerto Orlando (Madrid, 1992). Es licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad San Pablo CEU y posee un máster en Animación 3D por la Escuela CICE.
A lo largo de su carrera, ha trabajado en diversos campos simultáneamente, destacándose en el ámbito editorial y el comisariado, además de recientemente incursionar en el tatuaje, una disciplina que le ha permitido explorar y materializar sus inquietudes artísticas. Sus áreas de expresión incluyen el cómic, la pintura, la cerámica, el videoarte, la poesía y el diseño de sonido.
Entre 2011 y 2017 fue miembro del colectivo Young Vibez, donde destacó en actividades como la contracrítica cultural en medios como Vice, el desarrollo de un sello discográfico y su participación como DJ en importantes escenarios de Madrid, como Razzmatazz, Upload, Siroco y la Sala Caracol, entre otros. Entre 2018 y 2020 formó parte del colectivo "Culpa", organizando eventos en la escena cultural madrileña. Como ilustrador, ha creado carteles para grupos como Tops (Canadá), Carolina Durante (España) y Ducktails (EE.UU.), y ha realizado portadas para Carolina Durante y el diseño de la imagen para el Festival Gelatina en La Casa Encendida (2020).
Su trabajo ha sido expuesto en diversas ferias y muestras, tanto nacionales como internacionales, destacando exposiciones como MilesKm (Madrid, 2011 y Londres, 2012), Licra (Sala de Arte Joven, Madrid, 2021), Amante (La Lonja, Logroño, 2023) y Ensanchar la Puerta (CentroCentro, 2024), comisariada por Joaquín García.
Nada Bien da espacio a una serie de inquietudes creativas - “Es un concepto que guía la práctica. Algo así como un mantra polisémico, que ayuda a centrar la acción y el pensamiento. Para poder avanzar en la experimentación y de la ilusión por compartir experiencias y formas de ver”. Su técnica puede caracterizarse como mixta–tinta hectográfica, papel sobre lienzo, acrílico en spray, grafito– generando una materialidad que trasciende el soporte y desafía su frontalidad. La intervención del lienzo por ambos lados abre un juego de transparencias y ocultaciones, donde la luz revela y esconde, expandiendo los horizontes de la imagen y acogiendo cruces temporales y narrativos.
A través de la incorporación de actitudes y técnicas propias de la cultura urbana y el tatuaje su pintura es un campo de tensiones que se despliega en capas, ecos y resonancias. Entre lo visible y lo latente, cada superficie cobra así una potencia transformadora y se plantea como detonante de infinitas interpretaciones.
“Pero entonces se abre la puerta-espejo y con el movimiento de la puerta se crea una nueva composición del cuarto en sombra y en esa composición entran frascos y frascos de vidrio de claridad fugitiva.” - Clarice Lispector.
Pradiauto se alegra de inaugurar Heart Keeper, la primera exposición individual de Esther Merinero, articulada espacialmente en torno a una instalación escultórica que a su alrededor presenta una nueva serie de obras en resina, una escultura suspendida y unos pequeños dibujos en bronce.
Heart Keeper - corazón protegido, pulso y coraza, piel y armadura. El trabajo de Merinero gira constantemente en torno a la idea de protección, pero también de vulnerabilidad, combinando en sus obras formas orgánicas o viscerales con recubrimientos metálicos (obras de resina) y tomando objetos personales (candados, llaves, joyas o incluso una cama - "Conversation Stuck in the Trhoat [encore]") para referirse a ese lugar íntimo donde entran en juego la memoria y la creación de recuerdos. Lugares y objetos personales conviven con otros encontrados, trastos de ferretería, con el uso de metal y con elementos de protección como cascos, rodilleras, e incluso una armadura ("Princess´s Wardrobe").
En línea con su trabajo previo, Heart Keeper nace de una exploración del espacio intermedio entre (o el punto donde se encuentran) ideas o formas aparentemente antagónicas – lo blando y su coraza, fragilidad y fuerza, o lo amorfo y la línea que lo recoge. En ocasiones su obra presenta dos cuerpos físicamente separados pero emocionalmente unidos, que tratan de abrazarse o muestran una dependencia mutua ("Drop Down Your Guard 1, 2 & 3" y "Keep Awake 1 & 2"). A través de este material – y su aplicación en diferentes capas de color semi translúcidas – estas piezas permiten al ojo un lento recorrido por sus estratos, formas e historias. Al mismo tiempo, su acabado brillante y espejado difumina la distinción entre sujeto y objeto, al permitirnos aparecer en ellas – y actúan también como superficies donde encontrarnos con nuestras fobias y deseos. Son obras espacialmente duales, pues constan de un interior complejo y profundo y, a su vez, nos envuelven en el tratamiento de la superficie.
Heart Keeper no es una exposición retrospectiva, pero en ella Merinero vuelve a tratar cuestiones recurrentes en su trabajo, como el amor, la fantasía como espacio de posibilidad y la fragilidad de las conexiones contemporáneas. A su vez, su obra continúa una especulación sobre la potencia que albergan ciertos objetos para retener, para guardar, para proteger estas conexiones débiles y darles una nueva existencia física. Merinero imagina que los sentimientos pueden adquirir nuevas vidas, nuevos hogares, nuevos cuerpos. Se trata de la primera vez que la artista muestra obra en formato escrito.
(1994, Madrid). Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Chelsea College of Arts. Posteriormente graduada en MA Sculpture, por el Royal College of Art, gracias a una beca otorgada por la Fundació “la Caixa” (2019) para estudios de posgrado en el extranjero. Durante 2021 continuó con la producción de su obra gracias a una ayuda para las artes visuales de la Comunidad de Madrid y en 2022 fue otorgada el premio de Circuitos de las Artes Plásticas. Su obra ha sido incluida en exposiciones internacionales en espacios como Centre del Carmé Cultura Contemporània (Valencia), Saatchi Gallery (Londres), Cromwell Place (Londres), Dada Post (Berlín) o Charsoo Honar (Teherán), y es representada por la galería Pradiauto (Madrid). Ha impartido conferencias y talleres en diferentes instituciones como University of the Arts (Londres), University of the Creative Arts (Farnham) o en Espositivo Academy (Madrid). En los próximos meses mostrará su trabajo en Centro Centro (Madrid) y en SZN (Londres), entre otros.
El trabajo de Esther presta atención a los pequeños detalles que dan significado a eventos en nuestro día a día y los convierten en memorias, proponiendo así narrativas paralelas que parten de una realidad. Los objetos se convierten en colecciones, en listas de obsesiones, y la carga emotiva que adquieren les hace tener un peso equivalente al de un sujeto. Estos objetos son otro tipo de cuerpo, que puede interactuar y sentir, pero que también puede escapar o perderse. Estos objetos, si se pierden o escapan entre los agujeros, son irremplazables, pues sirven de objeto pero también de escudo, y una vez desaparece éste se puede ver el vacío que deja, el agujero. Este interés responde a la compleja relación entre volúmenes formalmente separados pero emocionalmente unidos, y los relaciona dentro de fantásticos escenarios.
Su práctica presta una constante atención a las nociones de accidente, el amor y la fragilidad, que responden a una urgencia dentro de la situación social contemporánea en la que vivimos. Esther desarrolla estas ideas a través de una variedad de medios que se activan desde el uso de imágenes, objetos o textos que crecen hacia una materialidad escultórica, narrativa y escénica; pudiendo ser ésta activada a través de agentes concretos y el público.
"Underbelly" es el primer proyecto en solitario de Javier Montoro en Pradiauto. Su práctica atraviesa la escultura, la pintura, el grabado y las técnicas mixtas, a menudo combinando distintos lenguajes y procesos. La exposición presenta una nueva serie obras producidas en 2022 e incluye escultura, pintura e instalación. Montoro plantea un posible futuro sin nosotros, donde la ropa y los objetos siguen existiendo desligados ya de su función original. La muestra también presta atención a su evolución como pintor, que incorpora nuevos materiales a su lenguaje abstracto.
"Underbelly"
Texto de Sina Sohrab
noviembre 2022
"Desgraciadamente, las personas no tenemos una idea completa y sin sesgos de nuestro ser corpóreo. Por diversas razones, históricas y anímicas, pensamos que nuestro cuerpo, como tal, está incompleto: un cuerpo al que se ha sustraído la ropa. Esa capa externa, la superficie hecha a medida, es la que nos lleva generalmente a pensar en nuestro verdadero yo. Lo normal es ese envoltorio, es lo que se ve. En la vida cotidiana apreciamos solo el cuerpo empaquetado, y la sustancia humana queda oculta, de forma tajante y deliberada. La negación de un cuerpo que no nos satisface mediante el ocultamiento no ayuda a mejorar el aspecto físico, pero la aversión por la carne nos ha llevado a producir los ingeniosos atavíos que para nosotros constituye la ropa que tanto apreciamos. En el momento en que se añadió la vestimenta -poco importa si se trata del taparrabos de los pueblos primitivos o de los paños que envuelven como momias a los civilizados- la armonía natural del cuerpo quedó descompensada. La interdependencia de cuerpo y ropa ha generado continuamente nuevos conflictos, cuya conciliación constituye la peculiar estética del vestido."
Bernard Rudofsky, Are Clothes Modern?, 1947
La obsesión por encubrir el cuerpo, ya sea para protegernos de los elementos o de la vergüenza bíblica, nos ha llevado a crear todo un universo de revestimientos que complementan nuestra realidad anatómica con los más variados adornos y accesorios. Realzamos nuestra vulnerabilidad natural con telas, rellenos, bolsillos; con botones, cremalleras y hebillas. Ajustamos las envolturas a nuestra medida, y cada década introducimos nuevas tendencias de vestir una forma, la cual, en cambio, no ha evolucionado lo más mínimo.
De este modo creamos, invariablemente, cosas que atienden a finalidades sociológicas concretas: compramos camisetas con eslóganes políticos para identificarnos con esas ideologías, nos vestimos de cierta manera para agradar con nuestro aspecto a una posible pareja, llevamos uniformes como forma de manifestar nuestra afinidad con un grupo o equipo, y así sucesivamente. La lista de intenciones que se persiguen con la vestimenta es ilimitada, como lo son las modas disponibles en el mercado, y nuestra dependencia es tan profunda que parece trascender los límites tanto históricos como culturales - hasta los pueblos no contactados del Amazonas tienen formas de vestir tradicionales.
Las prendas que utilizamos para vestir en cualquiera de estas posibles configuraciones y estilos son un complemento de quien las lleva. Por tanto, cabe preguntarse qué pasa con la vestimenta cuando se deja que cobre vida propia. ¿Qué forma adopta el paño de un atavío cuando deja de depender de un cuerpo? Con las mismas costuras que encorsetaban algo que ya no está ahí, es ahora inerte e independiente, ¿y cómo alcanza con sus pliegues una órbita exterior para cristalizar en una nueva forma de ser? Más aún, ¿qué es la ropa sin las personas?
"Underbelly", la exposición de Javier Montoro, muestra cómo esas carcasas cobran vida sin tener que revestir nada. Las ropas se mueven de otra forma, adoptan posturas diferentes, y crean un lenguaje que parece ajeno a nuestra existencia carnal. Todo esto nos infunde cierta inquietud, pues parece que no necesitan de un cuerpo para existir. Esa incomodidad ya se aprecia en las películas apocalípticas, en las que nunca se muestra un montón de ropa que deja atrás un personaje al ascender hacia los cielos. El viaje se hace con toda la vestimenta, a pesar del mandato bíblico de llegar al más allá desprovisto de bienes materiales. Podría parecer que la ropa sin un cuerpo transmite cierta sensación de pérdida en lugar de la posibilidad de ganar algo. "Underbelly" propone otra cosa: que tal vez hay optimismo ante la ausencia humana, que puede existir una nueva lengua vernácula sin que el cuerpo sea el único que la conforme.
"Mi preocupación, mi línea de investigación en torno a la imagen digamos, tiene que ver no con la representación, sino con los medios de la fotografía, y con cómo trascender su bidimensionalidad. En esta exposición busqué el display ideal para unas imágenes que he realizado en los últimos meses, que tiene que ver con rodear, con trasladarnos, con una deriva. Esas fotos pueden así liberarse de un muro, de esa bidimensionalidad, y aparecer trasladadas a otros cuerpos que son tridimensionales. Por otro lado, mi trabajo siempre tiene que ver con el ahora, y las fotos son anotaciones de lo que me pasa en un momento determinado."
(Alicante, 1985) es un coleccionista, acumulador, aprendiz y artista visual, afincado entre Alicante y Londres, interesado en el campo de la fotografía y en sus relaciones con otras disciplinas como el collage, la instalación o el diseño y publicación de libros. El artista está interesado en la materialidad de la imagen tratada como un objeto y en la relación de esta con otras practicas como la escultura, las instalaciones y el diseño. Licenciado en Comunicación por la Universidad de Alicante en 2009, en 2010 se trasladó a Madrid y realizó el Máster de Fotografía y Proyectos Artísticos en la Universidad Europea de Madrid. Ha expuesto individualmente en la Sala Kursala de la Universidad de Cádiz, en el Centro 14 de Alicante y en las galerías Luis Adelantado y Punto (actualmente Galería Jorge López) en Valencia. También ha participado en exposiciones colectivas en Centro Conde Duque Madrid, LABoral Centro de Arte de Gijón, Centro Cívic Can Felipa en Barcelona, Hospedería Fonseca Universidad de Salamanca, Universidad de Puerto Rico, Sala Canal de Isabel II de Madrid, Sala de Arte Joven Comunidad de Madrid, ARCO 17, Fotomuseum Wintherthur o The Photographer’s Gallery en Londres.