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28.02.25 –
24.04.25
Onda Lenta
Como antesala a la feria ARCO, la exposición Onda Lenta presenta las últimas obras de los artistas Elisa Pardo Puch, Karolina Dworska, Leopoldo Mata, Lucía Gutiérrez Vázquez y Nada Bien (Ramón Duerto Orlando).
explorando ese estado hipnagógico en el que el sueño se vuelve más profundo y reparador, y la realidad se diluye en un universo de silencios y metáforas visuales.
Lucía Gutiérrez Vázquez –
Con obras que transitan entre lo doméstico y lo imaginario, Lucía nos invita a adentrarnos en un íntimo universo donde el paisaje se transforma en un decorado sensible. Su revisión de procesos y simulacro de paisaje se funden en una interpretación de la naturaleza, tanto artificial como natural, evocando la lenta metamorfosis del sueño.
Leopoldo Mata – Pintura
A través de texturas que se desdibujan y relieves cargados de dinamismo, Leopoldo presenta un universo errático donde monstruos y cuevas emergen con la espontaneidad del graffiti. Su obra, marcada por la ambigüedad entre lo borroso y lo palpable, encarna la evolución gradual y casi imperceptible de la mente en el umbral del sueño.
Carlos García Alix – Pintura
En su óleo titulado “rubi”, Carlos nos sumerge en un escenario nocturno donde bares que sueñan se funden con la madrugada. Su paleta, que oscila entre el principio y el final, la orilla y el abismo, crea una atmósfera que dialoga con la idea de la “onda lenta”, revelando la transición sutil entre la vigilia y el ensueño.
Nada Bien (Ramón Duerto Orlando) – Pintura
Procedente del mundo del tatuaje, Nada Bien fusiona el imaginario infantil con el trazo del dibujo y el comic. Con capas de papel y una crudeza intencionada, su obra expresa una estética amateur que, lejos de la perfección, celebra la espontaneidad del dejarse llevar por el flujo onírico, tal como la onda lenta se despliega con naturalidad.
Elisa Pardo Puch – Dibujos
Mediante dibujos cargados de crudeza y fuerza expresiva, Elisa transita entre la inhibición y la desinhibición, donde lenguas gigantes y matices eróticos se convierten en símbolos de liberación. Su obra se abre paso en ese instante único en el que dejarse ir se convierte en un acto creativo, reflejando el ritmo pausado y profundo de la experiencia del sueño.
Karolina Dworska – Punto Digital
Inspirada en el universo enigmático del Bosco, Karolina conjuga en sus creaciones una mano que sostiene madroño y la imagen de un esqueleto, entrelazando mitología, textura y surrealismo. Su propuesta, marcada por elementos eróticos y monstruosos, invita a recorrer un sendero donde el sueño se dilata, en una danza lenta que desafía la linealidad del tiempo.
Cada uno de estos artistas, a través de sus obras, dialoga con el concepto de “Onda Lenta”, explorando el sutil tránsito entre la vigilia y el sueño, entre lo real y lo imaginado. Esta exposición supone, en definitiva, una presentación de los últimos avances de nuestros artistas representados.
explorando ese estado hipnagógico en el que el sueño se vuelve más profundo y reparador, y la realidad se diluye en un universo de silencios y metáforas visuales.
Lucía Gutiérrez Vázquez –
Con obras que transitan entre lo doméstico y lo imaginario, Lucía nos invita a adentrarnos en un íntimo universo donde el paisaje se transforma en un decorado sensible. Su revisión de procesos y simulacro de paisaje se funden en una interpretación de la naturaleza, tanto artificial como natural, evocando la lenta metamorfosis del sueño.
Leopoldo Mata – Pintura
A través de texturas que se desdibujan y relieves cargados de dinamismo, Leopoldo presenta un universo errático donde monstruos y cuevas emergen con la espontaneidad del graffiti. Su obra, marcada por la ambigüedad entre lo borroso y lo palpable, encarna la evolución gradual y casi imperceptible de la mente en el umbral del sueño.
Carlos García Alix – Pintura
En su óleo titulado “rubi”, Carlos nos sumerge en un escenario nocturno donde bares que sueñan se funden con la madrugada. Su paleta, que oscila entre el principio y el final, la orilla y el abismo, crea una atmósfera que dialoga con la idea de la “onda lenta”, revelando la transición sutil entre la vigilia y el ensueño.
Nada Bien (Ramón Duerto Orlando) – Pintura
Procedente del mundo del tatuaje, Nada Bien fusiona el imaginario infantil con el trazo del dibujo y el comic. Con capas de papel y una crudeza intencionada, su obra expresa una estética amateur que, lejos de la perfección, celebra la espontaneidad del dejarse llevar por el flujo onírico, tal como la onda lenta se despliega con naturalidad.
Elisa Pardo Puch – Dibujos
Mediante dibujos cargados de crudeza y fuerza expresiva, Elisa transita entre la inhibición y la desinhibición, donde lenguas gigantes y matices eróticos se convierten en símbolos de liberación. Su obra se abre paso en ese instante único en el que dejarse ir se convierte en un acto creativo, reflejando el ritmo pausado y profundo de la experiencia del sueño.
Karolina Dworska – Punto Digital
Inspirada en el universo enigmático del Bosco, Karolina conjuga en sus creaciones una mano que sostiene madroño y la imagen de un esqueleto, entrelazando mitología, textura y surrealismo. Su propuesta, marcada por elementos eróticos y monstruosos, invita a recorrer un sendero donde el sueño se dilata, en una danza lenta que desafía la linealidad del tiempo.
Cada uno de estos artistas, a través de sus obras, dialoga con el concepto de “Onda Lenta”, explorando el sutil tránsito entre la vigilia y el sueño, entre lo real y lo imaginado. Esta exposición supone, en definitiva, una presentación de los últimos avances de nuestros artistas representados.
Elisa Pardo Puch
Elisa Pardo Puch (Madrid, 1988) es licenciada en Bellas Artes por la UCM en el CES Felipe II de Aranjuez. En 2017, obtuvo un Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual por la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid. En 2010, completó sus Estudios Superiores de Diseño en la Escuela de Arte no 10 de Madrid y, en 2009, fue beneficiaria de una beca Erasmus en la École Duperré de París.
Su obra ha sido expuesta en varias muestras individuales y colectivas, destacando exposiciones como "Metal Heart: lo que pesa" en Departamento, Bilbao; "Bajo el cielo de la noche" en Boiler Room, Luis Adelantado Gallery, Valencia; y "A Strange Fairytale" en Pradiauto, ArteSantander, Santander, entre otras. Además, ha participado en importantes exposiciones colectivas como la presentación del Premio Miquel Casablancas (2023) en Barcelona, "Malas Hierbas" en CasaBanchel, Madrid (2024), y "Garden Shed" en Villa Bergerie, Huesca (2023).
Pardo Puch también ha sido parte de diversas residencias artísticas, incluyendo GlogauAIR en Berlín (2024), Villa Bergerie y la Pollock-Krasner Foundation en Huesca (2023), Artist in Residence Munich (2022) y el Programa de Residencias Artísticas de Matadero en Madrid (2020).
A lo largo de su carrera ha recibido varios reconocimientos, como el Premio Miquel Casablancas (finalista, 2023), el Premio de Adquisición en Nada Sobra de la Universidad Nebrija (2017) y la Mención Especial en Getxoarte, Bilbao (2016).
A partir de experiencias personales, emociones y situaciones cotidianas, la obra de Pardo Puch explora la memoria, el deseo y la repetición. Su práctica se apoya en procesos intuitivos y minuciosos en los que el dibujo y la costura ocupan una posición central. En sus piezas, el contraste entre materiales industriales y técnicas artesanales genera un diálogo que desafía las asociaciones convencionales entre forma, función y valor.
Su trabajo emplea la geometría para estructurar procesos en los que la cuadrícula, la perspectiva calculada y la precisión de las líneas convierten la repetición en un estado casi meditativo. Desde el detenimiento y la acumulación, la artista concibe su práctica como un espacio de canalización, donde el hacer deviene pensamiento y los materiales desechables revelan nuevas posibilidades expresivas.
Su obra ha sido expuesta en varias muestras individuales y colectivas, destacando exposiciones como "Metal Heart: lo que pesa" en Departamento, Bilbao; "Bajo el cielo de la noche" en Boiler Room, Luis Adelantado Gallery, Valencia; y "A Strange Fairytale" en Pradiauto, ArteSantander, Santander, entre otras. Además, ha participado en importantes exposiciones colectivas como la presentación del Premio Miquel Casablancas (2023) en Barcelona, "Malas Hierbas" en CasaBanchel, Madrid (2024), y "Garden Shed" en Villa Bergerie, Huesca (2023).
Pardo Puch también ha sido parte de diversas residencias artísticas, incluyendo GlogauAIR en Berlín (2024), Villa Bergerie y la Pollock-Krasner Foundation en Huesca (2023), Artist in Residence Munich (2022) y el Programa de Residencias Artísticas de Matadero en Madrid (2020).
A lo largo de su carrera ha recibido varios reconocimientos, como el Premio Miquel Casablancas (finalista, 2023), el Premio de Adquisición en Nada Sobra de la Universidad Nebrija (2017) y la Mención Especial en Getxoarte, Bilbao (2016).
A partir de experiencias personales, emociones y situaciones cotidianas, la obra de Pardo Puch explora la memoria, el deseo y la repetición. Su práctica se apoya en procesos intuitivos y minuciosos en los que el dibujo y la costura ocupan una posición central. En sus piezas, el contraste entre materiales industriales y técnicas artesanales genera un diálogo que desafía las asociaciones convencionales entre forma, función y valor.
Su trabajo emplea la geometría para estructurar procesos en los que la cuadrícula, la perspectiva calculada y la precisión de las líneas convierten la repetición en un estado casi meditativo. Desde el detenimiento y la acumulación, la artista concibe su práctica como un espacio de canalización, donde el hacer deviene pensamiento y los materiales desechables revelan nuevas posibilidades expresivas.
Nada Bien (Ramón Duerto Orlando)
Nada Bien es el proyecto artístico de Ramón Duerto Orlando (Madrid, 1992). Es licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad San Pablo CEU y posee un máster en Animación 3D por la Escuela CICE.
A lo largo de su carrera, ha trabajado en diversos campos simultáneamente, destacándose en el ámbito editorial y el comisariado, además de recientemente incursionar en el tatuaje, una disciplina que le ha permitido explorar y materializar sus inquietudes artísticas. Sus áreas de expresión incluyen el cómic, la pintura, la cerámica, el videoarte, la poesía y el diseño de sonido.
Entre 2011 y 2017 fue miembro del colectivo Young Vibez, donde destacó en actividades como la contracrítica cultural en medios como Vice, el desarrollo de un sello discográfico y su participación como DJ en importantes escenarios de Madrid, como Razzmatazz, Upload, Siroco y la Sala Caracol, entre otros. Entre 2018 y 2020 formó parte del colectivo "Culpa", organizando eventos en la escena cultural madrileña. Como ilustrador, ha creado carteles para grupos como Tops (Canadá), Carolina Durante (España) y Ducktails (EE.UU.), y ha realizado portadas para Carolina Durante y el diseño de la imagen para el Festival Gelatina en La Casa Encendida (2020).
Su trabajo ha sido expuesto en diversas ferias y muestras, tanto nacionales como internacionales, destacando exposiciones como MilesKm (Madrid, 2011 y Londres, 2012), Licra (Sala de Arte Joven, Madrid, 2021), Amante (La Lonja, Logroño, 2023) y Ensanchar la Puerta (CentroCentro, 2024), comisariada por Joaquín García.
Nada Bien da espacio a una serie de inquietudes creativas - “Es un concepto que guía la práctica. Algo así como un mantra polisémico, que ayuda a centrar la acción y el pensamiento. Para poder avanzar en la experimentación y de la ilusión por compartir experiencias y formas de ver”. Su técnica puede caracterizarse como mixta–tinta hectográfica, papel sobre lienzo, acrílico en spray, grafito– generando una materialidad que trasciende el soporte y desafía su frontalidad. La intervención del lienzo por ambos lados abre un juego de transparencias y ocultaciones, donde la luz revela y esconde, expandiendo los horizontes de la imagen y acogiendo cruces temporales y narrativos.
A través de la incorporación de actitudes y técnicas propias de la cultura urbana y el tatuaje su pintura es un campo de tensiones que se despliega en capas, ecos y resonancias. Entre lo visible y lo latente, cada superficie cobra así una potencia transformadora y se plantea como detonante de infinitas interpretaciones.
A lo largo de su carrera, ha trabajado en diversos campos simultáneamente, destacándose en el ámbito editorial y el comisariado, además de recientemente incursionar en el tatuaje, una disciplina que le ha permitido explorar y materializar sus inquietudes artísticas. Sus áreas de expresión incluyen el cómic, la pintura, la cerámica, el videoarte, la poesía y el diseño de sonido.
Entre 2011 y 2017 fue miembro del colectivo Young Vibez, donde destacó en actividades como la contracrítica cultural en medios como Vice, el desarrollo de un sello discográfico y su participación como DJ en importantes escenarios de Madrid, como Razzmatazz, Upload, Siroco y la Sala Caracol, entre otros. Entre 2018 y 2020 formó parte del colectivo "Culpa", organizando eventos en la escena cultural madrileña. Como ilustrador, ha creado carteles para grupos como Tops (Canadá), Carolina Durante (España) y Ducktails (EE.UU.), y ha realizado portadas para Carolina Durante y el diseño de la imagen para el Festival Gelatina en La Casa Encendida (2020).
Su trabajo ha sido expuesto en diversas ferias y muestras, tanto nacionales como internacionales, destacando exposiciones como MilesKm (Madrid, 2011 y Londres, 2012), Licra (Sala de Arte Joven, Madrid, 2021), Amante (La Lonja, Logroño, 2023) y Ensanchar la Puerta (CentroCentro, 2024), comisariada por Joaquín García.
Nada Bien da espacio a una serie de inquietudes creativas - “Es un concepto que guía la práctica. Algo así como un mantra polisémico, que ayuda a centrar la acción y el pensamiento. Para poder avanzar en la experimentación y de la ilusión por compartir experiencias y formas de ver”. Su técnica puede caracterizarse como mixta–tinta hectográfica, papel sobre lienzo, acrílico en spray, grafito– generando una materialidad que trasciende el soporte y desafía su frontalidad. La intervención del lienzo por ambos lados abre un juego de transparencias y ocultaciones, donde la luz revela y esconde, expandiendo los horizontes de la imagen y acogiendo cruces temporales y narrativos.
A través de la incorporación de actitudes y técnicas propias de la cultura urbana y el tatuaje su pintura es un campo de tensiones que se despliega en capas, ecos y resonancias. Entre lo visible y lo latente, cada superficie cobra así una potencia transformadora y se plantea como detonante de infinitas interpretaciones.
Lucía Gutiérrez Vázquez
Lucía Gutiérrez Vázquez (Madrid, 1992) es una arquitecta y artista multidisciplinar cuyo enfoque pone en diálogo la pintura, el paisaje y la interacción entre el espacio físico y las experiencias sensoriales. Su formación académica incluye un Doctorado en Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid (2019 - actualidad) y una amplia formación complementaria en el ámbito de la comunicación arquitectónica, la pintura y la historia del arte.
A lo largo de su carrera ha participado en exposiciones individuales y colectivas destacadas, entre ellas la Bienal de Arquitectura de Venecia (2018) y el Festival de Fotografía de Coruña (2018), mostrando una amplia versatilidad en disciplinas artísticas como la fotografía, la pintura y la escenografía. Su obra explora temáticas que vinculan el espacio arquitectónico con la percepción humana.
Lucía ha sido reconocida con numerosos premios y becas, como el Primer Premio Certamen Jóvenes Creadores (2021) y la Beca Fundación Antonio Gala (2018-2019), además de recibir varias becas para la formación de profesorado universitario por el Ministerio de Universidades (2020-2024). Su obra ha sido publicada en revistas académicas y libros sobre arquitectura y arte contemporáneo.
Su práctica aborda lo cotidiano a través de una exploración íntima del color y el espacio con la serenidad de quien no pretende asumir la lógica visual, en ocasiones excesiva y ruidosa, de los tiempos modernos. Lucía Gutiérrez acoge en sus lienzos, de pincelada espesa y abocetada, la inmensidad de lo que se desliza por su mirada: una mirada que dignifica con la misma destreza la luz incidiendo sobre un paisaje como la frágil materialidad de un barquito de papel. La pintura funciona aquí como un eslabón sigiloso que sostiene el salto que hay entre la imagen real que las cosas ofrecen y la mirada que las recorre.
A lo largo de su carrera ha participado en exposiciones individuales y colectivas destacadas, entre ellas la Bienal de Arquitectura de Venecia (2018) y el Festival de Fotografía de Coruña (2018), mostrando una amplia versatilidad en disciplinas artísticas como la fotografía, la pintura y la escenografía. Su obra explora temáticas que vinculan el espacio arquitectónico con la percepción humana.
Lucía ha sido reconocida con numerosos premios y becas, como el Primer Premio Certamen Jóvenes Creadores (2021) y la Beca Fundación Antonio Gala (2018-2019), además de recibir varias becas para la formación de profesorado universitario por el Ministerio de Universidades (2020-2024). Su obra ha sido publicada en revistas académicas y libros sobre arquitectura y arte contemporáneo.
Su práctica aborda lo cotidiano a través de una exploración íntima del color y el espacio con la serenidad de quien no pretende asumir la lógica visual, en ocasiones excesiva y ruidosa, de los tiempos modernos. Lucía Gutiérrez acoge en sus lienzos, de pincelada espesa y abocetada, la inmensidad de lo que se desliza por su mirada: una mirada que dignifica con la misma destreza la luz incidiendo sobre un paisaje como la frágil materialidad de un barquito de papel. La pintura funciona aquí como un eslabón sigiloso que sostiene el salto que hay entre la imagen real que las cosas ofrecen y la mirada que las recorre.
Leopoldo Mata
Leopoldo Mata (Badajoz. 1994) es un artista visual y tatuador licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Tras finalizar su grado pasó varios años en París, donde se desarrolló como artista del tatuaje, lo cual ha considerado un complemento a su práctica pictórica. Su trabajo se caracteriza por una estética transgresora que redefine y rompe con las convenciones de la iconografía y los procesos del tatuaje a través de una mirada plástica y creativa.
De regreso en España, completó el Máster Landa (Laboratorio Anual para Nutrir la Dispersión Artística) en Espositivo, lo que marcó el regreso de su carrera como pintor. En su planteamiento artístico la pintura se mantiene como el eje central de su práctica, pero también es utilizada como plataforma para explorar y expandir su trabajo hacia otras disciplinas. Un ejemplo destacado de su multidisciplinariedad es su colaboración con la firma de moda Boltad, participando en la intervención de tejidos y estampados mediante técnicas de aerografía.
“Si hay un patrón con el que me sienta cómodo para hacer una aproximación a mi trabajo es la yuxtaposición de diferentes lenguajes visuales como consecuencia del abandono de ideas a medio camino de ejecución que a menudo son solapadas con otras ideas/sistemas, evocando a la dispersión y a la no aprehensión de ninguna verdad. Me interesa construir desde el ruido y la interrupción continuada que caracteriza nuestro presente incluyéndola en el proceso pictórico; jugar con conceptos seriamente por un rato para derribarlos más tarde con una sensación generando una miscelánea que habla de mi manera de entender el mundo contemporáneo".
De esta forma, Leopoldo Mata propone una visión del arte como territorio fragmentado, donde el caos y la discontinuidad no son obstáculos, sino motores comunicativos. En lugar de buscar una coherencia o un significado fijo, su trabajo refleja los movimientos y contradicciones de la contemporaneidad, invitando a la reflexión sobre lo efímero y lo inestable. Así, su pintura se convierte en un espacio donde las ideas se mezclan, superponen y disuelven, sugiriendo una mirada crítica hacia los sistemas que intentan ordenar la realidad.
De regreso en España, completó el Máster Landa (Laboratorio Anual para Nutrir la Dispersión Artística) en Espositivo, lo que marcó el regreso de su carrera como pintor. En su planteamiento artístico la pintura se mantiene como el eje central de su práctica, pero también es utilizada como plataforma para explorar y expandir su trabajo hacia otras disciplinas. Un ejemplo destacado de su multidisciplinariedad es su colaboración con la firma de moda Boltad, participando en la intervención de tejidos y estampados mediante técnicas de aerografía.
“Si hay un patrón con el que me sienta cómodo para hacer una aproximación a mi trabajo es la yuxtaposición de diferentes lenguajes visuales como consecuencia del abandono de ideas a medio camino de ejecución que a menudo son solapadas con otras ideas/sistemas, evocando a la dispersión y a la no aprehensión de ninguna verdad. Me interesa construir desde el ruido y la interrupción continuada que caracteriza nuestro presente incluyéndola en el proceso pictórico; jugar con conceptos seriamente por un rato para derribarlos más tarde con una sensación generando una miscelánea que habla de mi manera de entender el mundo contemporáneo".
De esta forma, Leopoldo Mata propone una visión del arte como territorio fragmentado, donde el caos y la discontinuidad no son obstáculos, sino motores comunicativos. En lugar de buscar una coherencia o un significado fijo, su trabajo refleja los movimientos y contradicciones de la contemporaneidad, invitando a la reflexión sobre lo efímero y lo inestable. Así, su pintura se convierte en un espacio donde las ideas se mezclan, superponen y disuelven, sugiriendo una mirada crítica hacia los sistemas que intentan ordenar la realidad.
Carlos García-Alix
En su particular enfoque artístico, sumerge la realidad en la penumbra de la noche, creando cuadros que se materializan en tan solo 15 minutos. Sus obras son anotaciones sobre la noche, capturando la esencia de entrar o salir de este misterioso periodo. García-Alix logra plasmar momentos y estados específicos, especialmente en el anochecer, convirtiendo la noche en una materia palpable. Su abordaje es formal y tradicional, arraigado en la observación evidente, destacando la necesidad de ser rápido en su expresión, reflejando la fugacidad de la noche y capturando visualmente la sensación de un cielo azul en plena oscuridad.
Karolina Dworska
Karolina Dworska (Rzeszów, 1997) es una artista polaca afincada en Londres. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Goldsmiths en Londres y en 2021 fue seleccionada para el premio New Contemporaries, la red de apoyo a prácticas artísticas emergentes más importante de Reino Unido.
Su obra ha sido expuesta en espacios de gran prestigio como la South London Gallery y la Firstsite de Colchester, además de participar en muestras destacadas como “No loose Threads” en The Feminist Library y “[un]fabricated” en D. Contemporary, ambas en Londres.
La obra textil y escultórica de Karolina Dworska toma como punto de partida las imágenes lejanas y ambiguas del sueño, dándoles cuerpo a través de una serie de espacios imaginados donde residen seres y figuras desmembradas y amorfas. Dworska recorre la densidad de los estados oníricos para examinar la extrañeza y la fragilidad que conlleva habitar un cuerpo.
Sus referentes, entre los que se encuentran las pinturas de El Bosco, el film El Planeta Salvaje o las novelas gráficas de terror de Junji Ito, están repletos de oscuridad, bestiarios medievales, dragones, sueños y distopías surrealistas.
Su práctica artística se introduce, desde procesos muy diversos, en lugares repletos de viscosidad, fantasía frágil y sueños agitados, llevando a cabo un ejercicio dual de respeto hacia la fantasía y hacia la memoria.
Su obra ha sido expuesta en espacios de gran prestigio como la South London Gallery y la Firstsite de Colchester, además de participar en muestras destacadas como “No loose Threads” en The Feminist Library y “[un]fabricated” en D. Contemporary, ambas en Londres.
La obra textil y escultórica de Karolina Dworska toma como punto de partida las imágenes lejanas y ambiguas del sueño, dándoles cuerpo a través de una serie de espacios imaginados donde residen seres y figuras desmembradas y amorfas. Dworska recorre la densidad de los estados oníricos para examinar la extrañeza y la fragilidad que conlleva habitar un cuerpo.
Sus referentes, entre los que se encuentran las pinturas de El Bosco, el film El Planeta Salvaje o las novelas gráficas de terror de Junji Ito, están repletos de oscuridad, bestiarios medievales, dragones, sueños y distopías surrealistas.
Su práctica artística se introduce, desde procesos muy diversos, en lugares repletos de viscosidad, fantasía frágil y sueños agitados, llevando a cabo un ejercicio dual de respeto hacia la fantasía y hacia la memoria.